Para muchos hombres, como es mi caso, conducir en moto es un gran placer. Pero hay otro superior, ¡conducir con tu mujer de paquete!
Sin ir más lejos, el otro día iba conduciendo con mi mujer, de camino a casa, cuando me paró la Guardia Civil de Tráfico. Entonces se produjo el siguiente diálogo:
Yo: -¿Cuál es el problema agente?
Agente de la GC: -Circulaba a 120 Km/h en una zona de 80.
Yo: -No señor, iba a 85.
Mi mujer: -No es cierto Pepe, ibas a 120.
En ese momento le eché una mirada de advertencia a mi mujer por el retrovisor de la moto.
Agente GC: -También lo voy a multar porque tiene fundida la luz del intermitente derecho.
Yo: -¿Luz? ¿Qué luz? No tenía ni idea.
Mi mujer: -No lo recuerdas, Pepe. ¡Te dije que tenías el intermitente fundido hace 6 meses!...y no me hiciste caso, ¡¡¡como siempre!!!
Esta vez le eché una mirada penetrante, de esas que rompen espejos.
Agente GC: -También lo multaré por no llevar abrochado el casco.
Yo: -¡Pero si me lo quité en el momento que me detuvo!
Mi mujer: -¡Por favor, Pepe! ¡Pero si tú nunca te lo abrochas! ¡Te está bien empleado!
Esta vez ya no pude reprimirme, y en el colmo de la exasperación le grité a mi mujer:
-¡CIERRA EL PICO MALDITA BRUJA!
Agente GC: -Señora, ¿su esposo le habla así normalmente?
Mi mujer mientras mira sus uñas: - No agente,... ¡¡¡Sólo cuando bebe!!!
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