viernes, 18 de enero de 2013

Las cámaras de control de semáforo en rojo de Madrid, en entredicho



Desde ya hace varios meses, el trabajo de las cámaras instaladas frente a los semáforos en varios puntos de la capital está quedando en entredicho. 

Muchas de las sanciones que se han impuesto con ellas han sido recurridas y los jueces han dado la razón a los conductores.

Pero, ¿cuál es el problema que presenta este método de sanción? ¿No es legal? ¿Tecnológicamente no es válido? Pues hay varias explicaciones y versiones que en conjunto dejan el beneficio de la duda a si el funcionamiento ha sido correcto. 

El recurso se basa en la presunción de inocencia. En uno de los casos, la denunciada recurrió la denuncia alegando que ella se lo había pasado en ámbar, y todos recordamos lo que dice el Reglamento de Circulación:

"Una luz amarilla no intermitente significa que los vehículos deben detenerse en las mismas condiciones que si se tratara de una luz roja fija, a no ser que, cuando se encienda, el vehículo se encuentre tan cerca del lugar de detención que no pueda detenerse antes del mismo en condiciones de seguridad suficientes."

O al menos todos los conductores se saben la segunda parte porque la primera, eso de detenerse con el semáforo en ámbar fijo y no pisar el acelerador, es algo que está muy bien en teoría pero que todos sabemos que cuesta aplicarlos en la práctica. 

A la vista de esto y de que en la foto no se aprecia si la luz que está encendida es la de color ámbar o la de color rojo, el juez dictaminó que no había suficientes pruebas para que la supuesta conductora infractora le fuese impuesta la multa de 200 euros y la retirada de cuatro puntos, algo que le han tenido que devolver.

El método de control de semáforos me parece un buen método disuasorio para evitar una tendencia muy peligrosa en las ciudades, pero siempre y cuando funcione correctamente, es decir, que sólo denuncie conductores que de verdad se hayan saltado el semáforo y no en otras situaciones.

Los cálculos que han realizado sobre infracciones que no han sido tales alcanzan la sorprendente cifra de 200.000, con una recaudación total de 40 millones de euros y 800.000 puntos del carné retirados. No hablamos de una cifra pequeña precisamente.

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