Los participantes se reunieron en Almería para pasar las verificaciones administrativas y técnicas, instalar los GPS, las balizas Spot con las que estarían “controlados” vía satélite por la organización y el Tripy, lo último en tecnología Road Book digital.
Las primeras fotos, pasar los equipajes a los vehículos de organización y terminar de “ajustarlo” todo, nos llevaron a la hora en que la caravana debía partir hacia el puerto de Almería, donde embarcaríamos dirección a Melilla. Ya en los escasos 25 Km. que nos separaban del puerto se dio la primera avería, un gripaje en la Vespa “atómica” de un piloto francés, que eso sí, tras montarla en un vehículo de organización y trasladarla al puerto, en tan solo una hora le desmontó el motor, le cambio pistón y cilindro, y estaba de nuevo en marcha.
En el barco y antes de irnos a dormir, se desarrolló el primer briefing, donde se les explicó a los pilotos las particularidades de la conducción en Marruecos, como se desarrollaría la primera etapa, etc.
Tras llegar por la mañana a Melilla, se realizó un reagrupamiento en el puerto y todos salimos hacia la frontera para cruzar a tierras marroquíes, trámite que en esta ocasión nos costó más de la cuenta, al tener que estar tres horas para poder completar los trámites aduaneros. Por fin, la caravana se dirigió hacia el parking del supermercado Marjane, en Nador, lugar donde todos nos reagruparíamos y, ahora sí, se daría la salida a la primera etapa.
Esta primera etapa, que unía las ciudades de Nador y Missour, se componía en principio de 299 Km. de carretera y un último tramo de 81 Km. de pistas. Sin embargo, y debido al retraso en la frontera y por seguridad (evitar el circular de noche), este último tramo se suspendió y se realizó por carretera. No obstante, los problemas se presentaron desde el primer momento, y apenas tres rotondas después de dar la salida en Nador, un participante tenía sus más y sus menos con un taxi que, evidentemente, se pasó por el “arco del triunfo” la obligación de ceder el paso en una rotonda, lo que terminó con el frontal de la Vespa empotrado en la aleta izquierda del Mercedes y su piloto con un pequeño rasguño y un gran cabreo.
Tras cargar la Vespa “herida”, hubo que retroceder una rotonda para volver a cargar la Vespa francesa del gripaje del día anterior, que no terminaba de ir… 15 minutos después de la salida de la primera etapa y ya había dos vespas cargadas… Sin embargo, al final del día, todas se encontraban en el hotel de Missour y tras unas horas (unos más que otros), de reparación, todas estaban listas para la etapa del día siguiente.
La etapa dos uniría Missour con el Erg Chebbi, en una etapa que se componía de 195 Km. de asfalto y 117 Km. de pistas, repartidos en tres diferentes tramos.
Tras comprobar un equipo de organización de madrugada, que la pista estaba practicable (llegamos a Marruecos lloviendo y todavía no había dejado de llover), se dio la salida a los pilotos a una dura etapa en la que el frío fue el protagonista y en la que la nieve, se dejó ver tanto en los tramos de pista como en los de carretera. Talsint, Beni Tajjite atravesando el Jbel Marzimine, el impresionante Palmeral del Ziz, donde otra Vespa francesa dijo basta, Erfoud donde pudimos recoger la Vespa “del taxi” ya reparada con la correspondiente cara de felicidad de su piloto, y un duro último tramo, para llegar, ya en el Erg Chebbi al albergue de Alí el Cojo, donde los problemas eléctricos y el cansancio se juntaron con la noche y hubo que “escoltar” a algunos pilotos con sus energías al límite.Ya en el albergue, unos a reparar, todos a cenar, un té, el brieffing de la siguiente etapa y a dormir “deprisa” que había que levantarse pronto.
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