Pregunta: Las señales de tráfico están para regular la circulación y que cada participante sepa con claridad cuál es su cometido en dicha situación. Sin embargo, en determinados casos, puede ocurrir como con las Tres Leyes de la Robótica de Isaac Asimov, si cumplimos con la legalidad a rajatabla nos lleva a situaciones paradójicas y contradictorias que terminan en parálisis.
El otro día, sin ir más lejos, estaba aproximándome a un semáforo de esos que tienen la luces en ámbar intermitentes porque señalan un paso de peatones con mucho tránsito. El caso es que el semáforo a su vez estaba en rojo para los peatones. Yo me detuve a ceder el paso, pero los peatones no pasaron y me miraron como si fuera un extraterrestre. La situación fue extraña porque todos estábamos detenidos y preguntándonos...¿quién tiene preferencia de paso en esta situación?
Respuesta: Efectivamente el Artículo 145 del Reglamento general de Circulación regula los semáforos reservados para peatones indicando el siguiente significado de las luces: Una luz roja no intermitente, en forma de peatón inmóvil, indica a los peatones que no deben comenzar a cruzar la calzada. Por su parte el artículo 146 regula los semáforos circulares para vehículos indicando que una luz amarilla intermitente o dos luces amarillas alternativamente intermitentes obligan a los conductores a extremar la precaución y, en su caso, ceder el paso. Además, no eximen del cumplimiento de otras señales que obliguen a detenerse. Pues bien, en casos como este en los que pueda existir una aparente contradicción entre señales nuestra opinión es que correspondería al conductor ceder el paso siempre a los peatones.
AEA - Automovilistas Europeos en Acción
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