¿Utilizar partes de motos antiguas para reconvertirlas, todas juntas, en piezas bespoke (personalizadas) sobre ruedas?
A eso es a lo que se dedica Fred Jourden (Costa de Marfil, 1974), tras abandonar su puesto como director de Marketing Digital en el portal de Internet Lycos. Hacer de su pasatiempo su profesión, en lo que decidió tras 10 años de carrera en Internet. Y parece que la decisión fue acertada.
Al principio solo fabricaba motos para sus amigos, pero pronto alcanzó la fama al rehabilitar motos de desguaces y venderlas como si fueran nuevas. Entre 11.000 y 15.000 euros cobra por sus obras que vende bajo la marca Blitz Motorcycles (París).
"Con todo el trabajo que nos llevan, no creo que seamos muy caros", asegura Jourden. Parten principalmente de BMWs, Hondas y Kawasakis desde los años 60 a los 80, lo que ellos consideran la "edad dorada" del motociclismo.
Definen sus motos como "una mezcla de partes renovadas -marco, ruedas, asiento...- y otras más genuinas que vienen con una historia detrás". Cosas como abolladuras, óxido, pintura... "Otra particularidad es que nunca montamos un deposito de la misma marca que la del motor", explica Jourden, quien se apuntó a un taller de mecánica mientras trabajaba en el desaparecido buscador web para aprender a reparar su propia BMW R50/2.
Ni siquiera es necesario presentarse físicamente en la tienda para encargarles una moto: "Basta con responder unas preguntas por teléfono o por e-mail para conocernos un poco", explican. Se niegan a proporcionar un motor por encima de las posibilidades de la moto. No son unos amantes de la velocidad en sí misma. Prefieren disfrutar de las curvas de una carretera de montaña, y para eso resulta mucho más importante la fiabilidad.
Vía www.fueradeserie.es
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