¿Tiene claro qué es lo que debe de hacer si va circulando y escucha una sirena o ve el destello de unas luces de emergencia por detrás? ¿Y si se encuentra en una retención? Su respuesta es importante. El vehículo prioritario que viene pidiendo paso tiene los minutos contados para cumplir su misión.
Decenas de vehículos de emergencias transitan cada día por las vías urbanas e interurbanas. Algunos acuden a prestar auxilio a las víctimas de un accidente de tráfico. Otros trasladan a personas enfermas, acuden a sofocar un fuego, persiguen a un delincuente… En cualquier caso, para ellos el tiempo es oro. Y en el caso concreto de los heridos graves en accidentes de tráfico, la primera hora puede ser vital.
El Reglamento General de Circulación, en su artículo 67 y 68, reconoce la prioridad de paso de estos vehículos que están exentos de cumplir determinadas normas de circulación en el desempeño de su labor, siempre y cuando no pongan en peligro a ningún usuario de la vía. El artículo 69 de este Reglamento recoge la obligación de los conductores de facilitarles el paso “apartándose normalmente a la derecha o deteniéndose si fuera necesario”.
La realidad, según Rafael Saavedra Cervantes, Jefe de División del Parque de Vehículos de Samur- Madrid, es que “la gente se asusta, los vehículos de emergencia a veces resultan muy estresantes y, en lugar de reaccionar, se quedan clavados y eso dificulta nuestra labor. Nosotros tenemos que luchar contra el tiempo y, además, velar por la seguridad”. Francisco Pérez, conductor del Cuerpo de Bomberos de Palma de Mallorca, ratifica esta versión: “La gente entiende bien los rotativos de luces y sirenas, lo que pasa es que se quedan bloqueados, a veces frenan y tenemos que sortearlos”.
En general, los servicios de emergencia tienen una serie de protocolos de actuación. El SAMUR de Madrid, por ejemplo, recomienda a sus conductores utilizar el carril izquierdo siempre que sea posible y en caso de colapso, utilizar las líneas divisorias entre carriles para crear así un carril adicional. En la ciudad de Nueva York, tienen lo que llaman “líneas de fuego” (Fire Line), un carril preferente pintado en el suelo, entre carriles. Cuando es necesario, los coches se retiran a los lados dejando este carril central libre. En Madrid, el Plan de Seguridad Vial recoge un proyecto similar de creación de líneas amarillas.
En concordancia con esta idea, se están impulsando en Europa los Corredores de Emergencias, obligatorios en autopistas de países como Austria, Alemania, República Checa, Suiza y Eslovenia. En España, los promueve el Real Automóvil Club Español, que los considera especialmente útiles en los atascos: “Los conductores no dejan una mínima distancia de maniobrabilidad, les resulta difícil moverse, y en vías de tres carriles, los que circulan por el del centro, no saben qué hacer”, asegura Jorge Castellanos, coordinador de Seguridad Vial de RACE.
Su propuesta consiste en crear un corredor sobre la línea que separa el carril de la izquierda y el central. “Los que van por la derecha y el centro deben ir hacia la derecha, los de la izquierda a la izquierda; así se deja un espacio entre carriles para las emergencias”. En sintonía con esta propuesta, el subdirector de gestión de la movilidad de la DGT, Federico Fernández, recomienda, además, que si se circula en vías de doble sentido, los vehículos deben ir hacia su derecha pero sin utilizar en lo posible el arcén.
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