En los últimos tiempos hemos visto en el mundo del automóvil una utilización recursiva del downsizing, reducción del tamaño del motor, para aligerar el peso y el gasto de combustible, pero recurrir a sistemas de alimentación turboalimentados para no perder prestaciones. ¿Qué ventajas traería aplicar la misma estrategia al mundo de las dos ruedas?
¿Podríamos conseguir la facilidad de manejo de una motocicleta media, pero con la potencia de una superdeportiva? No, no se trataría de volver a los impopulares motores con turbo de los años 80, que cuando menos lo esperabas te daban la patada en el trasero. Por tanto no se trata de conseguir la máxima potencia posible, sino de hallar el mejor compromiso de un motor turboalimentado.
Lo que Suzuki está tratando de hacer se llama "recursividad" y técnicamente se materializa en un motor de solo 588 cc bicilíndrico paralelo refrigerado por líquido, que ofrece 100 CV @ 8.000 rpm, pero con un par máximo de 100 Nm @ 4.500 rpm. Es decir, no tiene una potencia destacable, pero su par motor ¡equivale al de una 1.000 cc!. Y lo consigue a muy bajas revoluciones, lo que permite disfrutar de un motor "lleno" durante 3.500 rpm (hasta las 8.000 rpm).
Simplificando: menos uso del cambio, menos darle gas para suplir la falta de par, más economía de utilización, más ecología y más agilidad, como consecuencia de su bajo peso de solo 174 kg en seco.
Si estos datos se confirman, tenemos en esta mecánica una opción muy seria a tener en cuenta por la competencia. Avisados están, la veremos en el salón Tokyota el próximo 23 de noviembre.
Vía Cycleworld
No hay comentarios:
Publicar un comentario